Rol del docente en el proceso de evaluación de cursos en línea.

EL DOCENTE EN EL PROCESO DE EVALUACIÓN DE CURSOS EN LÍNEA





Por: Cintia M. Linares R.

El rol docente en la evaluación de los aprendizajes   desde una perspectiva constructivista y socio-histórica, en el cual  las y los  estudiantes  son  las personas  protagonistas  de los procesos de aprendizaje; le corresponde al o la docente impulsar ese aprendizaje, a través de los tres componentes citados al inicio. Esto significa que la persona del docente es la encargada de hacer “funcionar” la evaluación: es quien la diseña, la aplica y analiza los resultados obtenidos, de manera cíclica, mejorándola luego de cada experiencia.   En esa línea, la tarea de cada docente consiste en analizar qué se quiere lograr en los cursos en cuanto al aprendizaje del estudiantado y, a partir de ahí, diseñar la estrategia  de  evaluación  adecuada.  
Para  esto se debe considerar que la evaluación debe ser coherente con las estrategias pedagógicas escogidas, pues la evaluación  de  los  aprendizajes  debe  estar  ligada  a  las  actividades  que  se emplean para que las y los estudiantes aprendan. Esto significa que no deberían existir  contradicciones  “entre  el  tipo  de  evaluación  utilizado  y  las  estrategias docentes puestas en práctica”.
Dentro de la enseñanza en entornos virtuales el rol del docente debe ser más flexible y analítico. En la evaluación formativa el docente obtendrá información  relevante, clara y precisa de como se viene construyendo los aprendizajes, concebidos desde las potencialidades que tienen ellos. La realización de una correcta evaluación formativa se fortalece con la interacción del docente y estudiantado durante todo el proceso de aprendizaje.


Roles del docente identificados en el proceso de evaluación 

Socializar la evaluación

Con este nuevo enfoque se pretende que con el anuncio del propósito de aprendizaje se exponga y socialice cómo, con qué y cuándo serán evaluados los alumnos porque resultará más emocionante y les brindará confianza, es decir que se trata entonces de exponer y explicar lo planificado para la evaluación.

El aspecto de la socialización de la evaluación no solo se queda en que los estudiantes conozcan el proceso, sino en atender sus demandas y poder negociar los cambios pertinentes pues contribuye a un mejor clima y motivación para aprender y desarrollar en ellos procesos de metacognición. De igual forma recoger sus opiniones y sugerencias muestra que han entendido cómo serán evaluados, lo cual  permite el desarrollo de la autoevaluación y coevaluación con criterios planificados y comprendidos. Como se puede observar, la evaluación no es una responsabilidad exclusiva de los docentes como las consecuencias de los resultados tampoco son exclusividad de los estudiantes.

 Analizar evidencias

En este rol sobre análisis de evidencias (tangibles e intangibles) surgen las condiciones de pertinente y oportuna de la evaluación formativa la cual se debe complementar con la retroalimentación para consolidar el concepto de proceso.

Analizar las evidencias que proporcionan las evaluaciones sobre la situación de los estudiantes implica tener claro cuál es el propósito de aprendizaje para determinar el nivel en el que se encuentran, identificar qué es lo que han logrado hasta ese momento y qué es lo que les falta para seguir aprendiendo. El docente puede realizar el análisis de evidencia solo o con la participación de los alumnos para desarrollar procesos de autorregulación y metacognición, mediante la autoevaluación y coevaluación. Al aplicar las evaluaciones formales e informales obtendrá las evidencias del aprendizaje y los analizará a la luz de los instrumentos de evaluación.


 
Retroalimentar

La retroalimentación en la evaluación formativa puede efectuarse de forma planificada o espontánea. Cuando es planificada, es parte de todo el proceso descrito en cada uno de los roles y responde al análisis de las evidencias, por lo que se debe optar por el tipo que desarrolla el sentido crítico de los estudiantes orientado a procesos de metacognición; es decir, inducir que los mismos estudiantes lleguen a las respuestas esperadas. Algunas estrategias que se pueden utilizar son: asignación de nuevas consignas, nuevas pistas, otros mensajes descriptivos, preguntas reflexivas, etc.

La perspectiva docente sobre evaluación formativa y retroalimentación se concibe como el momento oportuno para acopiar evidencias sobre el logro del aprendizaje por los estudiantes con la finalidad de reajustar su práctica pedagógica y si fuera necesario, rediseñar el entorno de aprendizaje. Esta finalidad se hace palpable en diferentes ocasiones.

Reajuste de la praxis

El proceso de evaluación formativa obliga al docente a reajustar su práctica en curso, es decir, en el mismo desarrollo de la clase. Una de las tareas más difíciles de los profesores que aceptan esta concepción de la evaluación formativa es comprender que se trata de un proceso y no de un tipo de examen.  La idea es lograr un aprendizaje programado, por tanto, el reajuste de la práctica es dentro de la sesión de clase; de otra forma, no se logrará el propósito.

Tales cambios se hacen considerando el rol anterior sobre el análisis de las evidencias porque permite al docente reajustar su praxis. Uno de ellos puede ser ampliar el tiempo para lograr los aprendizajes propuestos, sin temor a cambiar la unidad didáctica, lo más importante es lograr el dominio del propósito de aprendizaje; otro tiene que ver con variar la competencia curricular. Todo el proceso de reajuste de la práctica está estrechamente vinculado con estrategias de retroalimentación. 

Referencias

Nuñez, R. Planificación y ejecución de entornos virtuales de aprendizaje. Tomado de:  https://ceat.url.edu.gt/pagina/wp-content/uploads/2020/10/Guia_de_aprendizaje_2.pdf


Comentarios

  1. Excelente blog, me quedó con la palabra metacognición, para su completa definición

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